8 de marzo

 

8 de marzo

 

En agradecimiento a la mujer que me dio la vida y la fuerza para vivir, a la mujer porque me inspira a luchar todos los días aunque no comprenda mis métodos, aunque no entienda porque quiero quemarlo todo.

 

No era un 8 de marzo cualquiera.

No era un país cualquiera.

Y yo, no era una mujer cualquiera…

Un paso a la vez, hoy va al a marcha y el año que sigue portarás tu pañuelo verde.

Es la noche previa a la marcha, no he dormido bien por la ansiedad, cada 8 de marzo llegan a mí las mismas preguntas, ¿cuántas iremos?, ¿qué hará el gobierno al vernos todas?, ¿regresaremos todas a casa?, ¿regresaré yo a casa?, mientras preparo el cartel que llevaré, pero este año es distinto, este año, irá mi madre conmigo, siempre soñé que saliéramos juntas a gritar, a luchar, siempre soñé que se uniera a mi lucha, que también es suya, este año, sería una realidad.

Mientras yo me cuestionaba, ella terminaba de hacer la blusa que llevaría a la marcha, morada, porque no apoya el aborto, pero quiere que su hija camine libre por la calle. Me saca de mi mundo con una pregunta ”¿Llevo el pantalón de mezclilla o el negro?” y la veo, y es como si estuviera alistando su armadura.

Tengo que dormir, mañana toca ir a marchar, e imagino a mucha gente, y siento que lloraré porque esté año, ella va conmigo.

Cartel para la marcha del 8M


Ya no estamos solas.

Hemos llegado al monumento, no le quiero soltar la mano, le muestro lo que hacen las otras mujeres, las que están haciendo sus carteles, las que empiezan a coreando consignas, las que están repartiendo pañuelos a las que llegan, ahí las ve a todas juntas.

La veo sentada, tejiéndome ese pañuelo verde y me dan ganas de llorar de nuevo, porque cuando lo termine, ese pañuelo será más que el símbolo del aborto legal, seguro y gratuito, será el recuerdo de sus manos acariciando un hilo, tejiendo una historia.

Y ahí está mi madre, viendo a todas llegar, sin saber a dónde moverse, sin saber qué hacer, pero sigue sosteniendo mi mano y estamos juntas para ir a la marchar, y me pregunta “¿y a todo esto, que es lo que gritan, a ver dime que es lo que dicen?

Marcha del 8M


Consignas feministas.

La miró perpleja, se me olvido enseñarle las consignas, no me extraña que cuando empiezan a gritarlas no las entienda, va confusa entre un mar de mujeres, pero va…

Y cuando gritan “Si no brinca es macho” la veo sonreír, porque todas brincan, porque todas ríen y me acuerdo cuando iba con mi amiga, tomadas de la mano, y este año, cada una va por distintos caminos, pero con sus respectivas madres.

“Hay que abortar, hay que abortar, este sistema patriarcal”, mi madre frunce el ceño, “es porque hay que tirarlo” le digo, porque debemos cambiarlo, no dice nada, solo me mira, solo puedo pensar en que está reflexionando su significado.

 “Ni una más. Ni una asesinada más” Se pone seria, como si al fin comprendiera porque está ahí, como si al fin cayera la realidad sobre ella y en su rostro se refleja una dura realidad, salimos porque no están matando.

“Señor, señora, no sea indiferente, se matan las mujeres en la cara de la gente” ¿Cuántas veces al oír esta consigna pensaba en ella? Y este año, ella no es indiferente, ella lucha a mi lado.

“Alerta, alerta, que camina la lucha feminista por América Latina, y tiemblen, y tiemblen los machistas, que América Latina será toda feminista” y somos tantas caminando, gritando, luchando, y somos tantas… y entre tantas yo voy de la mano de mi madre.

“No soy monumento por eso no me cuidan” Y estallan los primeros vidrios, y ahí quienes gritan “no más violencia” y mi madre me dice “que sigan caminando, que las dejen, que sigan caminando” Porque para ella, las locas son las que rompen vidrios, rayan paredes, pero ahora piden que las dejen, que las demás sigamos, porque entiendo ahora lo vive, se debate entre lo correcto y lo incorrecto. Y yo solo pienso en que será si lo quemáramos todo, si destruyéramos todo, si reconstruyéramos todo.

Imagen del Palacio Nacional 2021



La retirada.

Y llegamos a donde ya no puede, porque la violencia estalla, porque le dan miedo que a su lado pasen las mujeres con las caras tapadas cargando mazos, y me dice “vámonos, quisiera llegar hasta allá, pero se pondrá más feo” Y yo que amo a mi madre, me retiró con ella entre gritos de “Fuimos todas”, “Mujer, escucha, esta es tu lucha”.

Y caminando oímos un “¡Boom!” y ahí están esos que cuidan monumentos, pero a nosotras nos violan, corriendo a rosearles gas pimienta a mis hermanas, a mis amigas, nos quieren dispersar, no pueden con todas, porque somos más, muchas más… “no somos una, no somos cien, PINCHE GOBIERNO CUENTANOS BIEN”

Pero llevó a mi madre de la mano, no regreso, me voy, y ahí, con todas ellas se queda mi corazón.

Imagen del Palacio Nacional 2021


Recuento de los daños.

Vamos a hacer el recuento de daños:

·         Una hija y su madre fueron por primera vez juntas a una marcha.

·         Estallaron bombas molotov.

·         Los policías rociaron gas pimienta a las que marchaban.

·         Hubo una mujer herida por la bomba que estallaron frente al Palacio Nacional.

·         Hombres violentos, machitos, pro-vida, agredieron a palos a otra madre, a otra hija, a una anciana.

·         Se enviaron miles de mensajes de “ya estoy en casa”

·         Murieron 10 mujeres más, desaparecieron otras tantas.

·         Miles de mujeres salimos a gritar, un 8 de marzo.

·         Yo fui a la marcha con mi mamá.


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